Todavía nos cuesta creer que ya es fin de año y que se van acercando las celebraciones y festejos de la época. Y si bien, esto representa alegrías y fiestas para algunas personas, no podemos obviar que la experiencia no termina ahí. En principio, las fiestas de fin de año no representan alegría y felicidad para todas y todos, y no tiene que representarlo. Piensa por ejemplo en quienes no están en su país o quienes recientemente han perdido a alguien importante en sus vidas. Claramente su forma de atravesar este momento podría verse muy distinta por el momento de vida que atraviesan. Lo que sí suele ser una constante, es que las fiestas de fin de año nos plantean la posibilidad de fricciones e interacciones difíciles en nuestros vínculos afectivos. Claramente el espíritu de paz y amor puede ser difícil de seguir en momentos en los que decidir en dónde pasar qué fecha o lidiar con parientes que hacen comentarios imprudentes y ofensivos. Así que, ¿cómo lidiamos con las relaciones dañinas en estas fechas?
En primer lugar es importante definir qué es una relación dañina, o como comúnmente denominamos “tóxica”. Podemos establecer que estos son vínculos en los que existen patrones de comportamiento que perjudican a quienes participan de ellos. Hablamos aquí de vínculos de pareja, familia, amistades, jefe, etc., en los que dichos patrones suelen incluir la falta de comunicación, manipulación, irrespeto de límites, comentarios humillantes u ofensivos de una o ambas partes, por nombrar algunos. Así mismo, para identificar relaciones que te hacen daño es importante que prestes atención a las emociones que te detonan las interacciones con las personas en tu entorno. Emociones como el enojo y frustración suelen ser indicadores de que hay límites que están siendo transgredidos o peticiones que no están siendo escuchadas.
Para lidiar con esto, tienes que saber en primera instancia que no tienes por qué mantener o fomentar una relación que atenta contra tu bienestar, sin importar del tipo que sea. La distancia es un límite que, en ciertas ocasiones, es necesario para cuidar de ti. Posiblemente estas fechas recalquen mucho el mandato de estar en familia y compartir con todos, pero recuerda que esto no puede ser a costa de tu integridad y bienestar psicológico. Ahora bien, cabe la posibilidad de que te encuentres con aquel familiar que comenta acerca de tu cuerpo, tu ropa, tu expresión de género, tu soltería o cualquier otro tema que te incomoda. Y si bien, tal vez esto no es para ti una razón de evitar esa reunión, sí conviene saber cómo gestionar mejor estos incidentes.
Partamos del reconocimiento que nuestra comunicación queremos que sea respetuosa. Esto significa que estamos conscientes de que nuestras palabras también pueden afectar el sentir de la persona con la que me relaciono y que una comunicación violenta puede no ser lo que más me haga sentir orgullosa u orgulloso de mí. Así que lo que hagamos, podríamos procurar hacerlo bajo este marco. Con eso dicho, una técnica efectiva para lidiar con los comentarios opresivos del tipo: “¿Ya te vas a servir otra vez comida?”, “¿Por qué no te vistes más como mujercita/hombrecito?”, “¿Otro año sin novia/novio?” (posiblemente te suenan algunos… o todos); suele ser el disco rayado: decir una y otra vez la misma frase de respuesta sin variar palabras, tono o volumen de voz.
Antes de ponerte el ejemplo, entendamos a profundidad el asunto. En estos contextos, suele ocurrir que nos enojamos (con todo sentido) y respondemos, pero esa respuesta da lugar a reforzar la conducta de opresión y hasta generar más argumentos para ser atacadas o atacados. Entonces, la manera de generar una respuesta distinta es dejar de reforzar esa línea de argumentación. En la técnica del disco rayado lo que haces es precisamente extinguir la conducta opresora de la persona en ese momento, al tiempo que no muerdes el anzuelo de discutir con quien, muy posiblemente, no esté en la disposición para considerar otras alternativas de respuesta. Así que se vería más o menos de esta forma:
X: ¿Por qué no te vistes más como mujercita?
Nosotras: Yo estoy muy contenta con mi apariencia y la ropa que elegí hoy.
X: Es que lo digo porque así seguramente te verías mejor.
Nosotras: Yo estoy muy contenta con mi apariencia y la ropa que elegí hoy.
X: No lo tomes a mal, es que tienes mucho potencial y no lo estás aprovechando.
Nosotras: Yo estoy muy contenta con mi apariencia y la ropa que elegí hoy.
X: Claro, pero yo sólo digo porque te quiero…
Nosotras: Yo estoy muy contenta con mi apariencia y la ropa que elegí hoy.
Aplícalo al ejemplo que mejor se adecúe a tu historia de vida.
Ten presente que cuando dejas de reforzar un comportamiento, inmediatamente este tiende a incrementar (esto es puramente un fenómeno de las leyes de la conducta). Esto quiere decir que las primeras veces que digas la frase, obtendrás una respuesta quizá más acelerada o entusiasta de la persona y en la medida que mantengas la misma postura: misma instrucción, mismo tono de voz, mismo volúmen de voz, sin engancharte al comentario abusivo, tu interlocutor no encontrará oportunidad de reforzar el tener la razón o hacer un impacto en tu conducta.
Otra de las trampas que suelen dificultar las relaciones y el disfrute de esta temporada, es la añoranza del pasado y la ansiedad hacia el futuro. Si bien es completamente normal y esperado recordar con nostalgia a personas o situaciones que hoy ya no están o han cambiado, y también desear algunos planes o situaciones futuras; la única forma de disfrutar es desde el presente.
Esto no quiere decir que debas olvidar u obviar a tus seres queridos que ya no están contigo, sino más bien es una invitación a valorar a quienes sí están. Si alguna relación de amistad o familiar se perdió tras una discusión, aprovecha el aprendizaje y pon límites con tus relaciones actuales. Si tuviste alguna pérdida física y te arrepientes de no haber aprovechado esos momentos, dedica más tiempo a las relaciones que hoy tienes. Si te encuentras añorando tener un nuevo trabajo para poder salir con amigos, o que tus hijos sean más grandes para disfrutar más de las celebraciones, regresa al presente y a los beneficios que este momento te da (la oportunidad de estar más en casa con tus seres más cercanos, por ejemplo). Recuerda que sólo podemos disfrutar desde el presente; y si eres capaz de identificar y establecer los límites en tus relaciones, date chance de disfrutarlas hoy, en este momento y con estos recursos.
Es común también en estas fechas, encontrarnos ante la disyuntiva de los regalos y cómo los mismos pueden beneficiar o lastimar una relación. Si bien la intención de esta dinámica es hacer ver al otro nuestro cariño o interés, muchas veces puede convertirse en una competencia o en motivo de crítica. Para enfrentar este tipo de situaciones, te invitamos a cuestionarte por qué regalas a esta persona, y a auxiliarte de las diversas formas de dar afecto para poder regalar. Gary Chapman, en su libro Los 5 lenguajes del amor (2011), nos plantea que existen al menos cinco formas diversas de dar y recibir afecto: Contacto físico, palabras de afirmación, tiempo de calidad, actos de servicio y regalos. Cada persona suele tener su favorita o favoritas, sin embargo también somos capaces de recibir y dar cualquiera de estas.
Recuerda que las relaciones saludables deben trabajarse a través del contacto y los detalles (de cualquier tipo). Te proponemos analizar a cada una de las personas a quienes quieras regalar este año, y que les regales según aquel lenguaje del amor al que son más allegados. De esta forma te aseguras que tu regalo está cumpliendo con la intención para la que quieres darlo, y no únicamente a un compromiso social; y esto te permitirá también dejar de lado más fácilmente los comentarios o actitudes hirientes que puedan salir de esta dinámica.
Por otro lado, muchos se encuentra solos, y viven esa soledad con sufrimiento, es normal que los seres humanos vivamos en compañía y nos beneficiemos de ella, si en estas fechas te encuentras solo te proponemos algunas recomendaciones:
Puede ser que luego de leer este artículo te hayas quedado pensando en que ya has puesto en práctica las técnicas mencionadas y has tratado de construir vínculos sanos, pero nada ha dado resultado. Si esto es así, te recomendamos que puedas asistir a un profesional para abordar el tema. El espacio de terapia es un contexto en el que una especialista te ayudará a comprender lo que está sucediendo a través de explicaciones científicas y apegadas a los principios del aprendizaje y la conducta. Podrás comprender qué mantiene las relaciones dañinas y te acompañará a desarrollar las estrategias para que salgas de ellas.
Ir a terapia es un regalo para ti y para las relaciones que deseas trabajar. Conocerte, aceptarte y aprender nuevas formas de relacionarte y comunicarte, te permitirá no solamente sentir mayor bienestar, sino también crear y mantener vínculos más sanos basados en el respeto, la aceptación y el cariño real.
En clínica Mind contamos con especialistas en Terapia Cognitivo Conductual, esto significa que todos trabajamos bajo esa escuela de tratamiento. Es un tipo de terapia enfocada en analizar la conducta, emociones y pensamientos en su contexto, para comprenderlo y a partir de ello puedas hacer cambios para alcanzar flexibilidad psicológica, una capacidad para manejar las situaciones de la vida de forma efectiva, acorde a quién decides ser, algo que dentro de la terapia descubres y defines.
Si has llegado hasta acá, y consideras que la terapia es la opción que necesitas en este momento, no dudes en contactarnos (whatsapp +502 4884 6183). Esperamos estas recomendaciones te sean de apoyo para vivir de mejor manera tus relaciones en las fiestas de fin de año y en general.
Autoras
Luchi de León
Scarlette Muñoz
Inés Zepeda